La visión Polaca

Siempre me han encantado los posters de cine. Al igual que las portadas de los libros y discos, muchas veces la imagen elegida funciona como anzuelo para el desconocedor de la obra. Recuerdo cuando iba de pequeño al videoclub, sin tener ni idea de cine y me fiaba de la carátula para alquilar la película en cuestión. Normalmente me sentía inclinado a alquilar aquellas que reflejaban épica, fantasía o ciencia ficción, y muchas veces me llevaba una desilusión tremenda al comprobar que aquel robot acojonante de cuatro metros luchando contra el fornido héroe se transformaba en un tío con un traje de cartón plateado dándose de leches contra Lorenzo Lamas.

No sé si es que me hago viejo, pero creo que los posters de cine ya no son lo que eran. El largo brazo del marketing de Hollywood ha transformado la mayoría de carteles actuales en clones de retratos photoshopeados con la estrella o estrellas de moda a página completa. Ya no existe el artista que intentaba condensar toda la magia del film en una imagen. Ahora cualquier primate dándole a un botón puede crear el cartel de la última de Angelina Jolie en cinco minutos. Ya no hay "Saúles Basses" y casi nadie llama a Drew Struzan.

Todo esto viene a raíz de descubrir que en Polonia, respecto a los carteles de cine, van por su cuenta. Y eso me encanta. La interpretación que hacen de las películas en sus respectivos posters van de lo delirante, pasando por lo siniestro y llegando a lo sublime. Pero se nota que detrás de cada uno de estos posters hay un esfuerzo de comprensión, síntesis e interpretación que está a mil jodidas millas del tampón de clonar de Hollywood.

Os he dejado varios ejemplos de películas que me gustan (El nombre de la rosa, Los pájaros, Pulp Fiction y Toro Salvaje), pero os recomiendo que paséis por la web a echar un vistazo, que no tiene desperdicio.